A la luz de la luna,[Libre]

Me encontraba dando vueltas por los terrenos de Hogwarts si saber bien donde dirigirme como un vagabundo solo que yo tenia que regresar al castillo tarde o temprano. En el cielo nocturno una gran luna se hacia presente con su magnifica luz alumbrándolo todo, era el farol de la noche con las estrellas haciéndole sombra, aunque no tendría que estar de noche caminando por esos lugares, si un prefecto o profesor me encontraba me varia en problemas muy serios pero de cierto modo no me importaba. Estaba caminando como si fuera de día con una sonrisa en mi rostro, la noche era algo fría aunque yo podía soportarlo con la camisa que llevaba puesta o eso pensaba en un principio, aunque siempre me caracterizo por soportar el frio podía ser que esa noche sea la acepción.

Seguí dando vueltas por algunos minutos por los terrenos de Hogwarts hasta llegar donde se encontraba el sauce boxeador, estaba en un estado pacifico parecía no tener ganas de moverse mucho. Bueno era de noche de seguro el sauce estaría descansando o algo parecido, era tan raro ver a un árbol con vida propia descansando pero en ese mundo la palabra “raro” era como decir que era normal. Me puse a pensar en lo del sauce y reír tontamente sentándome enfrente de este, estirando mis piernas hacia delante con mi torso inclinado un poco hacia atrás y mis manos detrás de mi espalda usándolas para apoyarme. El paisaje no podía ser mejor, me encontraba a una distancia prudente de aquel árbol con vida ya que acercarse podía ser peligroso y no tenia ganas de sacar mi varita para comenzar un escándalo con un árbol, iba a ser algo muy estúpido.

Unos minutos pasaron desde que me senté delante del sauce a ver el tremendo paisaje con la luna como actriz principal. Me recosté usando mis manos como almohada en mi nuca, estirando todo mi cuerpo, sintiendo el pasto en mi espalda como un colchón. No iba a quedarme dormido en aquel lugar solo me puse en esa posición para mirar las estrellas que se encontraban sobre mi, para ver aquel paisaje que se podía apreciar gracias a que no había luces artificiales ni nada parecido, solo la luz de una inmensa luna iluminando un poco el cielo nocturno y la tierra. Esta vez no iba a salir por mi boca lo que estaba pensando, me iba a quedar callado viendo las estrellas que me parecía, era genial.